El turismo en Menorca sufre una bajada notable en el consumo

El turismo en Menorca sufre una bajada notable en el consumo

Miriam Triay / Ciutadella – Ya hace semanas que oímos decir que la temporada turística de este año no es tan buena como la de los dos años anteriores -2022 y 2023-. Unas cifras extraordinarias, las que vimos, causadas en gran parte por las consecuencias que provocaron el cierre y la Covid-19. Este año, entonces, se esperaba ya una estabilización de estos datos, a niveles como los de hace cuatro años, antes de la pandemia. Pero si a esto le sumamos las subidas de precios constantes, la inflación, y algo la situación económica general de España y, también, de Europa, el ajuste ha sido distinto.

UN TURISMO INTERMITENTE
Venimos de dos veranos interesantes, en cuanto a cifras y consumo, por el sector turístico menorquín. Donde vemos una gran cantidad de coches de alquiler sin posibilidad de aparcar casi; y largas colas de espera en muchos de los restaurantes del centro. Una ilusión, un espejismo, por los que viven del turismo en Menorca, que hicieron unas cifras impensables.

Ahora, y después de dos años extraordinarios, de una pandemia y un cierre, se esperaba un inicio de estabilización de estos datos. Una normalización, por así decirlo, del consumo turístico, de la demanda visitante. Lo que no se había previsto, tal vez, era que este proceso de ajuste se diera de la forma en que estamos viendo.

Como bien nos explica Enric Cases, de CAEB (Confederación de Asociaciones Empresariales de Baleares), “lo que vemos es que, en líneas generales, el gasto fuera del lugar de alojamiento, es decir, el consumo del visitante en la oferta complementaria, ha disminuido. Y esto se debe al aumento de los precios de los vuelos, de la mayoría de alojamientos… de todo en general”.

UNA OFERTA (MÁS) COMPLEMENTARIA
Una oferta complementaria, entonces, que se ve afectada por esta disminución de presupuesto que presentan los turistas a la hora de visitar la isla. “Es inevitable que gasten en billetes de avión y alojamiento. Por tanto, si los precios de todo han subido, la gente tiene menos dinero para gastar en el resto de oferta turística”, afirma Toni Sansaloni, presidente de la Asociación Menorquina de Cafeterías, Bares y Restaurantes de PIME.

Según los datos presentados por PYME el pasado 7 de agosto, que analizan el consumo turístico respecto al mismo mes del año anterior, “la cifra de negocio de las empresas turísticas se ha reducido. Es preocupante que en julio, tradicionalmente uno de los dos meses de temporada alta, más de la mitad de las empresas turísticas hayan tenido una menor facturación que en el mismo mes de 2023”. Si lo analizamos por los sectores que presenta PYME, lo que más se ve afectado es el de alquiler de vehículos (73,91% menos), seguido del de restauración (62,26%).

– Restauración
“Los restauradores, como cualquier otro sector, hemos tenido que subir precios. Primero, porque las materias primas son cada vez más caras. Y segundo, porque el convenio colectivo también ha subido, por tanto, hay más costes de personal. Esto hace que el precio final para el cliente, se haya encarecido”, explica Toni Sansaloni. Siendo una oferta complementaria, entonces, el hecho de ir a comer fuera, ahora quizás ya no se prioriza como hace un año.

“Hay precios encarecidos que son malos de asumir por el turismo familiar que prima en Menorca. Si antes venían cinco días, quizás salían a comer fuera cada uno de ellos; ahora quizás lo hacen dos. Un gasto de restauración, durante cinco días, a dos comidas, puede ser dolor de asumir”, añade Enric Casas (CAEB).

Si nos centramos en un caso concreto del pueblo, como sería el bar Casino 17 de Enero, o el restaurante La Bodega del Jazzbah, regentados por Juli Rabal, “en conjunto, por nuestra parte, notamos una fluctuación variable de demanda. Con bajadas y subidas. Justo después de San Juan”, explica Francesc Martín, responsable de producción del Jazzbah. “Y que ha costado algo arrancar la temporada y el mes de julio. Pero bueno, poco a poco parece mejorar”.

Cabe destacar además, que, realmente, esto se observa en el turista que suele venir al pueblo, a andar por el centro ya conocer los municipios de la isla. Entre los que se encuentra el turismo nacional. Éste es el que ha disminuido su gasto. Quien ahora controla más lo que gasta.

Pero el turismo inglés ha incrementado un poco y, además, no mira tanto su gasto. Éste es el turismo que se queda en las urbanizaciones donde tienen el alojamiento. Así, “en las urbanizaciones lo que vemos es que los negocios de restauración y comercio están funcionando muy bien, no tenemos ninguna queja por su parte. De hecho, están muy contentos, porque facturan más que otros años, incluso”, afirma Casas.

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