Cuando Pedro Capó, hijo, nació, The Blarney Stone llevaba ya tres años navegando. Ahora, con el 25 aniversario del local que fundaron su padre y su madre, Pedro y Ester, recoge un testimonio y la batuta de un local emblemático que ha creado tendencia. Estos 25 años han sido considerados por los Premios El Iris, en la categoría de Gastronomía. Por este motivo, esta desde foodies on Menorca charlamos con padre e hijo, y profundizamos en cómo es la transición generacional de una de las banderas gastronómicas de Ciutadella.
¿Quién de los dos recibió la noticia del premio El Iris de Gastronomía?
Pedro padre: Me dijeron que nos daban el premio a mi, que soy quien lo ha hecho funcionar los 25 años que llevamos. Pedro hijo hará dos este año, sigue el relevo. Durante estos 25 hemos pasado de todo, ¡hemos visto de todo color! Recuerdo la temporada de 2009, en plena crisis económica, cuando también nos empezaron las obras de la depuradora y nos quitaron todas las vistas all mar, que hizo que facturáramos un 70% menos. Había tan poco trabajo que, durante la temporada, Ester y yo partimos a Ibiza a ver el tema de las puestas de sol. Otro momento complicado fue en la pandemia. Entre normas que cambiaban cada dos por tres, y que tuvimos un falso cóvid y tuvimos que cerrar una semana. Pero lo que digo yo es que, sin embargo, estos 25 años me han encantado. Es un lugar muy alegre, frente al mar, con las puestas de sol, con la música en directo… Me lo he pasado muy bien. El año pasado, que fue la primera temporada que no estuve, lo añoré, pero no para volver, sino que se ha convertido en un recuerdo precioso.
¿Cómo has vivido la transición, como hijo, de ese negocio?
Pedro hijo: Dani Abelairas, que es el socio, nos lo ha puesto muy fácil, porque llevaba ya 7 años. Aparte de que mi padre, antes de partir, ya nos delegó cosas, haciendo que la transición fuera suave y poco a poco. No ha sido tomar un negocio de golpe, sin saber nada. Además, pude formarme sabiendo que tomaría el relevo, y que empezaría al terminar mi formación, por lo que ha sido un relieve muy planificado y acompañado.
¿Y cómo ha ido la primera temporada, que fue la de 2024?
Pedro hijo: Estamos muy contentos, porque aparte de que la pasada temporada fue muy bien, con Dani nos entendemos mucho. Siguiendo con la esencia del bar y retocando algunas cosas pequeñas, hemos podido aumentar un poco la facturación respecto al año anterior, y siempre tenemos un poco de pique con mi padre, para ver si conseguimos superar lo que hizo él. Al final, mucho de lo que he aprendido, ha sido de él, prácticamente he vivido en el Blarneys. Creo que lo que siempre me ha quedado más claro es que no regalan nada, y que un negocio tira si le pones dedicación y ganas, que es lo que he visto siempre en casa.
Pedro padre: Recuerdo los veranos cuando él era un chaval y le decíamos que podía ir a jugar, pero a las 10 tenía que estar en el bar. Allí “molestaba” a los camareros, hacía ambiente. O bajaba a la cocina y hacía los deberes hasta que partía a casa con Ester. Lo vivió desde que nació.
¿Qué supuso asumir la responsabilidad de dar continuidad al negocio de tus padres?
Pedro hijo: Hizo un poco de miedo, de respeto, porque es un barco grande. Y lo queremos llevar bien, porque mi padre y mi madre lo han mantenido durante 25 años, el reto es no deshacer todo el trabajo que ellos le han dedicado. Siempre tengo esa duda de si estaré a la altura del negocio.
Pedro padre: Sin embargo, ya le animamos desde muy joven para llevarlo bien. Por eso, cuando con 17 años me dijo que no quería ir a estudiar, le dije que si quería seguir con el bar, debía formarse por el oficio. Cuando yo empecé, esto no era así, pero hoy en día debes ser profesional. Así que primero hizo el grado medio de Hostelería aquí, en Ciutadella, y después partió a realizar el superior en Palma.
¿Aprendiste más de la formación profesional o de lo que vivió en Blarney?
Pedro hijo: Diría que un poco de cada. La escuela ha ido muy bien, pero la experiencia es muy importante, es de donde aprendes realmente lo que hay que hacer. Los consejos de casa son muy valiosos, y aunque ellos hayan cerrado la etapa, siempre están ahí cuando necesitamos consejo. De hecho, tenemos un grupo de WhatsApp para poder tener orientación de cualquier tipo.
¿Qué tipos de consejo les das, como fundador del negocio?
Pedro padre: Aparte de todo lo que ha aprendido, y la conciencia que tiene de qué es un negocio ya montado que sólo tiene que hacer rodar, pero que implica un sacrificio y un trabajo constante, intento orientarlos con temas como la decoración y los detalles, que siempre nos ha gustado más a yo ya Ester. También con que deben seguir un poco las tendencias, estar atentos a lo que ocurre en el mundo gastronómico. Por ejemplo, cuando hace 12 años abrimos cocina, fuimos de los primeros en hacer hamburguesas buenas y bien preparadas, y así hemos logrado ser un referente. Incluso con el premio a mejor hamburguesa que ganaron ellos el pasado año. Pero, básicamente, les digo que deben estar atentos a lo que el público les pide. El de fuera, pero también el de ahí.
¿Es una de las claves del éxito, el hecho de compaginar a los dos públicos?
Pedro padre: ¡Sí, por supuesto! El trabajo lo hacemos durante temporada, pero el cliente importante es el menorquín, y siempre lo hemos intentado cuidar, aunque esto implicara tener que innovar, especialmente con el tema de la comida. Por eso les digo que siempre deben estar atentos e investigar, no lo que se hace aquí, sino lo que se echa.
¿Has investigado durante este invierno?
Pedro hijo: Sí, voy mirando cosas. De hecho, este invierno he estado en Tailandia, Camboya y Vietnam. Pero también en Oviedo. El pasado año hice Nueva York, donde el tema de las hamburguesas son un plato estrella. Fui a lugares especializados en hamburguesas, para tomar ideas. Pero, sinceramente, me gustaron más las que hacemos aquí.
¿Qué novedades tiene en “s'Irlandès” para esta temporada?
Pedro hijo: Pondremos en carta una hamburguesa nueva, que en principio es la que participará en el concurso de la mejor para revalidar el título. Aún estamos haciendo pruebas, pero hemos subido camino. Aparte, añadiremos algún plato nuevo, como el tártaro de atun. Vamos quitando los platos que menos salen, e incorporamos algunas cosas que van gustando, como las pelotas de calamar en salsa de almendra, que sacamos durante unos días como sugerencia a final de temporada el año pasado.
¿Crees que, ahora que ya tienes de lleno el relevo, cumplirás 25 años más?
Pedro hijo: A vamos, la vida cambia mucho. Pero yo espero que sí. ¡O incluso, si puedo, quizá le hago más!