La gamba roja es una de las reinas del marisco en nuestras islas, y forma parte de muchos platos de cocina marinera. Desde calderas, arroces secos, en cazuela de barro, caldosos, a la palella..., como también nos seducen asadas a la parrilla o fritas con aceite de oliva y una picada de ajo y perejil... En Menorca también las hacemos en el horno con patatas y tomates, como también es buenísima una panadera que en vez de pan, lo que lleva son patatas. Viene a ser un guiso o lo que en euskera se llamaría un marmitako de gambas rojas.
Los pescadores de Ciutadella son los que capturan en la afamada gamba roja que lleva el nombre de la ciudad de Ponent. Una gamba que tiene sus pesqueras en el norte del Canal de Menorca, donde se juntan las aguas de Menorca y de Mallorca, y que por sus fondos y litoral es prácticamente idéntica, prima hermana, de la gamba de Sóller.
La gamba roja de Ciutadella, una gamba que debe probar cuando visite la isla, y que personalmente le puedo confesar que disfruto más de una caldera de gambas rojas que de una caldera de langosta, porque el sabor que dan las gambas, sus cabezas, su sabor y su coral únicos y seductores, como ocurre también cuando las horneamos con patatas, impregnando los tubérculos de sus jugos y que incluso sean mejores las patatas cortadas en rodajas y espovoreadas de pan rallado y ajo y perejil picado que las propias gambas. Tanto uno como otro eran también platos para hacer rendir las gambas, de precio elevado si son grandes y frescas, cuando se tenían invitados o varias personas en la mesa.