El membrillo y las compotas de otoño

El membrillo y las compotas de otoño

Uno de los frutos característicos de nuestras islas en otoño o primavera de invierno que decimos en Menorca, es el membrillo, que es el fruto del membrillo (Cydonia oblonga), que desde tiempos antiguos ha tenido un papel importante en la fruticultura, y ha sido uno de los pies más empleados para hacer injertos, lo que ha posibilitado que gracias a ellos se han conservado muchas variedades de fruta como el peral, el manzano y todos los de la familia de las rosáceas que hacen más de un hueso.

En Menorca, tenemos dos variedades de membrillo: el membrillo macho y el membrillo hembra. El primero es el más frecuente, hace frutos medios, de forma irregular y con arrugas profundas, mientras que el membrillo hembra es una planta más alta, de ramas arqueadas y sus frutos son más grandes y lisos, y también más fáciles de pelar. Una vez cosechados se pueden conservar entre dos y tres meses.

Del membrillo se aprovecha la fruta, principalmente para cocer y hacer el membrillo, y las conservas que utilizaremos para rellenar los tradicionales pastissets menorquines y el antiguo pastel de conserva. También podemos hacer jalea y mermelada, que a veces se hace cociendo membrillos y manzanas juntas.

El membrillo, si se come crudo es áspero, en cambio si se cuece al horno, cortado por la mitad, sin el corazón, donde pondremos una cucharada de azúcar y canela en polvo, soltará un agradable olor que perfuma toda el hogar. Debemos cocer casi una hora a 180 grados y los serviremos tibios.

Es una fruta con un contenido escaso en azúcares, pero el inconveniente habitual es que normalmente se consume en forma de membrillo, que suele llevar mucho azúcar.

Era muy normal que en los patios delas casas de campo o de las casas del pueblo hubiera un árbol de membrillo o dos, y era en el mes de octubre cuando se recogían los frutos para hacer los botes de conserva de membrillo que se guardaban en la parte más fresca de la despensa y servirían para rellenar los pastissets que debían consumirse o bien en las fiestas de lugar con motivo de las matanzas del cerdo o para aquellos que se servirían en la mesa en las fiestas de Navidad, Fin de Año y también por San Antonio. También se empleaba el membrillo para adornar los panellets y también el cuscussó.

El membrillo también marida bien con el queso semi curado y curado, o viejo como decimos en Menorca, y era un manjar típico del otoño unas rebanadas de pan con queso viejo acompañadas de mermelada de higo (figat) o bien de membrillo, que era el desayuno y la merienda tanto en el campo como en el pueblo.

Otras preparaciones antiguas hechas con membrillo, además de los membrillos al horno mencionados y el membrillo, los membrillos también se cocinaban con vino dulce, cortándolos por la mitad y se les sacaba el corazón. Se untaban con aceite de oliva y se espolvoreaban de azúcar por encima y se horneaban una media horita a 180 grados. Cuando la pulpa empezaba a estar blanda se regaban con un vasito de moscatel o de vino dulce y se dejaban cocer una media horita más.

Finalmente, apuntar, y dejando aparte la parte culinaria o gastronómica, en Menorca un membrillo también es aquella persona corta de entendimiento.